Miles de millones de pesos se pierden con la omisión en el pago de impuestos al año. Aunque las aportaciones que los ciudadanos realizan son trascendentes para el buen funcionamiento de cualquier estado, en México se dejan de recaudar casi 40% de los impuestos que la población debería pagar anualmente. Y aunque es cierto que un gran sector de la ciudadanía mexicana no se siente motivada a cumplir con sus obligaciones dados los no siempre tan claros reflejos de los mismos en el incremento de la calidad de vida, es vital estar al corriente en la práctica de declarar y pagar.
Evadir impuestos, además de ser ilegal, es una práctica que provoca carencias en la cobertura de necesidades básicas para los sectores de la población con menores posibilidades, tales como: escuelas, hospitales y programas de asistencia. Por materia de empatía, responsabilidad civil y sobre todo, quizá, por una real intención de no estar cometiendo ningún delito, pagar impuestos debería ser prioridad para cualquier mexicano, pero no lo es.
Aun en el entendido de que pagar impuestos es obligatorio y necesario para el buen funcionamiento de un país, una buena manera de cambiar la percepción negativa, misma que hace que la práctica no sea tan constante como debiera, está en manos del gobierno mexicano, que deberá demostrar los esfuerzos promocionados por los impuestos recabados. De la misma manera, facilitar el proceso, para que el ciudadano no se sienta intimidado en la práctica, tendría que ser otra de las prioridades.
La elusión fiscal tenderá cada vez más a la baja, tomando en cuenta que el Servicio de Administración Tributaria cada día cuenta con mejores herramientas para fortificar su recaudación. Incluso aquellas personas físicas o morales que cuenten con estrategias para reducir los montos a pagar, tendrán que ser cada vez más precavidas ya que el SAT se encuentra en permanente actualización para incrementar su recaudación año con año.