En la actualidad los jóvenes enfrentan una situación laboral compleja con una tasa de desempleo más alta que el resto de la población. Por lo que no solo es un reto para ellos sino también para las universidades, centros de formación, empresas e instituciones, que deben asegurar una adecuada inserción de los jóvenes en un ambiente laboral cada vez más competido.
Los jóvenes son uno de los mayores activos de nuestra sociedad, por lo que planteamos cinco aspectos que deben ser reforzados para facilitarles un futuro laboral exitoso:
- Se deben fortalecer diferentes aspectos que combatan la falta de información sobre las oportunidades que hoy existen para los jóvenes desde el gobierno, la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil. En ocasiones los jóvenes no saben a dónde acudir para encontrar información básica que les permita tomar decisiones sobre su futuro. Debemos asegurarnos que esas oportunidades se conozcan entre los jóvenes que las necesitan.
- Los jóvenes deberían conocer qué están demandando las empresas que buscan contratarlos para definir una carrera profesional con mayores posibilidades de desenvolverse exitosamente. Además, harían más dinámicos a los sectores económicos, pues contaría con capital humano capacitado y de alto nivel.
- Es necesario que las leyes adopten nuevos esquemas de empleabilidad: contratos flexibles, contratación de jóvenes a prueba para entrenamiento y por temporadas, certidumbre legal para el trabajador y el empleador, así como una clara definición de la relación entre la empresa y el empleado.
- En muchos casos se les exige un certificado de estudios para trabajar y una vez adquirido surge otra exigencia respecto a la experiencia laboral. Debe existir mayor coordinación entre los bachilleratos y las universidades con el sector privado para encontrar cuáles son sus necesidades respecto de los jóvenes.
- La juventud está en posibilidad de desarrollar una conciencia financiera que le permita definir cómo le conviene emplear los recursos financieros de los que dispone. Por lo que es indispensable fomentar una cultura de ahorro inteligente a los jóvenes.