De acuerdo a un estudio de la compañía Gallup, los trabajadores satisfechos brindan 22% más ganancias y son 21% más productivos que aquellos que no lo están. Ejemplos claros los podemos obtener en marcas que forman parte de la cotidianeidad de un sinfín de personas como: Facebook, Google, Dropbox o Airbnb.
Si una característica tiene en común las empresas mencionadas, es su capacidad para atacar las necesidades internas antes que las externas. Su valor radica en atender primero a su gente –sus clientes internos– a manera de que sea esa gente, realizada en su trabajo y estimulada creativamente al nivel más óptimo, la que deje su genialidad a disposición del consumidor final –los clientes externos–, logrando un círculo virtuoso donde: para obtener lo mejor de un empleado, se le da lo mejor a ese empleado.
Claro está que la inversión para optimizar espacios físicos puede ser un factor limitante y la comparación con los referentes puede llegar a ser odiosa, en el entendido de que su poderío económico es superlativo en comparación con una empresa promedio. No obstante, en caso de no contar con el capital necesario para que los espacios físicos sean transformados en fuentes de creatividad, siempre se puede recordar que las tecnologías del presente permiten erradicar las delimitaciones físicas.
Actualmente el material humano puede tener la libertad que no tuvo antes y, de esta manera, sacar lo mejor de él, permitiéndole trabajar donde más le sea conveniente; donde más cómodo se sienta. Al final, sea mejorando el espacio físico o dando libertad al trabajador para que elija su propio espacio, lo importante es el entendimiento de que la creatividad, reflejada en la productividad, van de la mano con el espacio donde se labora.
Atrás van quedando las empresas cuyo estilo lúgubre era carta de presentación. Las compañías ahora comprenden que la productividad de sus empleados va de la mano con su satisfacción en el espacio laboral, se entiende que tener a un trabajador feliz no es un lujo, sino una necesidad. Un trabajador creativamente pleno, es un trabajador que podrá brindar lo mejor de sí para el beneficio de su empresa.