Innovar es una de las acciones que cualquier empresa deberá procurar si es que busca perdurar y trascender en su industria de manera indefinida. Con la evolución tecnológica acelerada a la que el mundo se encuentra sometido en el presente, de la innovación depende gran parte del éxito de una compañía. Y para lograrla, antes hay que encontrar liderazgo.
Liderazgo y un clima organizacional adecuado, son el par de características clave que permitirán la innovación en una empresa. Afortunadamente, el segundo viene de la mano con el primero y, es por ello que la prioridad deberá ser lograr el liderazgo. Dentro de las cualidades que se requieren en un líder, los conocimientos especializados, el trabajo en equipo y las capacidades directivas son de suma importancia. Sin embargo, existen una serie de aspectos clave que determinarán la facultad en el liderazgo a manera de lograr innovación, además de los tres mencionados.
Ocho claves para la consecución de innovación en una empresa
- Armado de un equipo de trabajo óptimo. Uno de los grandes pilares del liderazgo es tener la capacidad para formar un equipo de trabajo que facilite la innovación. Dicho equipo, si bien no tiene que ser homogéneo para funcionar, sí tiene que tener la misma pasión e intención de hacer de la innovación la clave para su éxito.
- Habilidades de comunicación. No se trata de tener un speech prediseñado para motivar, ni de encontrar palabras cliché que convenzan por un momento y luego se olviden. El liderazgo no viene en una presentación en específico, y puede encontrarse presente en cualquier personalidad. Sin embargo, la comunicación auténtica, convencida y apasionada, será vital para la puesta en marcha de un plan de innovación.
- Empatía. La innovación viene de la mano con la discrepancia de ideas. Por lo mismo, se debe contar con una mente abierta que, antes de juzgar el pensamiento ajeno, procure entenderlo y darle el enfoque necesario para ser canalizado de la mejor manera.
- Entendimiento de las estructuras horizontales. Un buen líder es consciente de que su valor no está en el autoritarismo, sino en la integración. Tan moderna es la procuración de un negocio por medio de la innovación, como lo debe ser el entendimiento de que la estructura vertical en una empresa está quedando de lado. Las mejores ideas, pueden venir de cualquier integrante de un equipo bien conformado.
- Capacidad de escucha. Con la estructura horizontal y partiendo de la afirmación que la mejor idea puede provenir de cualquier elemento que integre el equipo de trabajo, escuchar es de enorme trascendencia. Un líder que no está abierto a escuchar, estará perdiendo una valiosa oportunidad de crecer.
- Generación de confianza. Poner a un equipo de trabajo en la misma sintonía va de la mano con la confianza que el líder inspire en éste. Hablando claro, dando a cada quien el mérito que merece, estableciendo de manera definida el rumbo por el que se pretende ir y hacia donde se quiere llegar, permitirá forjar la confianza. Un líder que no inspira confianza, no será capaz de sacar el mejor rendimiento de su equipo.
- Involucramiento en el proceso. Parte de la facultad del líder es la de saberse integrar en el proceso y volverse un participante más del mismo. Aquel líder que no demuestre tener la capacidad operativa que pretende inculcar en su equipo, no lo convencerá de que es el personaje adecuado para darle rumbo al destino colectivo.
- Abolición de castigo cuando exista un error. Casi de manera automática, el error va seguido de una reprimenda. Irónicamente, remontarse a las historias más trascendentes de las empresas de muchas industrias demuestra que, es a partir de los errores que se han generado los cambios más drásticos e importantes en materia empresarial. Si bien el error no debe ser premiado, castigarlo inhibirá la expresión de los integrantes de un equipo y evitará que estos tengan intención de explotar su talento al máximo en pro de la innovación.