El estrés laboral crónico es un mal que aqueja a muchos trabajadores, principalmente, en empresas cuyos procesos y estándares se volvieron obsoletos; empresas que aún no conmensuran la importancia del buen clima organizacional a manera de lograr resultados óptimos y satisfacción laboral por parte del talento humano. Y aunque ha sido un tema común y hasta normalizado en muchos casos, este problema no debe ser tomado a la ligera.

“Burnout” es el término anglosajón que podría traducirse literalmente como “agotamiento” y es el síndrome que afecta a todo aquel trabajador que siente un constante estado de malestar producto de la sensación de fracaso y estrés laboral permanente. El burnout es un estado en donde el talento humano ha perdido cualquier motivación para sobresalir en su labor y, más bien, si acaso subsiste en ella, es por las necesidades implícitas que trabajar representa. Es decir: si el trabajador con este síndrome sigue trabajando, es por necesidad, pero nunca más por placer o intención de realización.

Para los empleadores más puristas, el tema podría pasar desapercibido e incluso se recriminaría al empleado moderno por su “baja capacidad” de someterse a un estado que fue común por tanto tiempo. No obstante, contar con agotamiento crónico, sentido de fracaso y estrés en grado superlativo, debe ser tratado con la precaución y delicadeza que merece, ya que puede traer consecuencias ampliamente negativas que, en primera instancia, afectarán la consecución de objetivos de una empresa pero, en segunda, y más importante, podría tener terribles secuelas en el capital humano tanto de carácter fisiológico, como psicológico.

Entendiendo qué es el burnout y por qué se genera, está de más decir que un empleado con dicho síndrome, será un empleado cuyo desempeño laboral lejos estará de ser óptimo. Por dicha razón, más que ahondar en el cómo afectaría el rendimiento, la conclusión tendría que ir relacionada con la importancia de trabajar en un ambiente laboral saludable. Si se es dueño de una empresa o empleador en una organización se debe promover una cultura organizacional que procure un ambiente sano y no uno que pueda traer consecuencias tan drásticamente negativas en los empleados.

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